Cada vez que escucho que una persona leyó un libro, inmediatamente la imagino golpeando una pared hasta hacerla caer y frente a ella, entre los escombros, se erige una nueva escalera. Leer es justo eso: derribas constantemente las limitaciones que produce la ignorancia y escalas hacia otros niveles de conocimiento y de comprensión de la realidad.
Esta es la razón por la que burlarse de una persona por los libros que lee, solo demuestra una cosa: nuestras carencias. La lectura es un ejercicio en solitario y las decisiones que se tomen al respecto son muy personales. Por eso, cuando uno recomienda libros, debe cruzar los dedos para que la otra persona -según sus intereses- decida leerlos. Si lo hace… y queda atrapada en su lectura, ¿qué habremos ganado recomendando un libro?
1. Un nuevo lector o una nueva lectora.
2. Alguien con quien compartir tu amor u odio por lo leído.
3. Una persona que te recomiende libros o mejor aún… que te los preste o te los regale.
4. Una persona con quien puedes argumentar cuando conversen (nadie dice que no será de manera apasionada).
5. Compañía para asistir a recitales, conferencias literarias, puesta en circulación de libros o a la Feria Internacional del Libro.
6. Una cita recurrente, con café, té o chocolate incluido, en una librería. 7. Un miembro para tu club de libros o bookclub (pa’ que suene gringo). 8. Un(a) aspirante a escritor(a).
9. Un(a) futuro(a) booktuber, bookstagramer o embajador de la lectura. 10. Un amante de la buena ortografía.
11.Un nuevo hogar con biblioteca personal.
12. Un nuevo abanderado de la frase: “Vi la película pero me gustó más el libro”.
13. Un agradecimiento por ayudar a derribar la pared y acceder a nuevas experiencias.
14. Una nueva lista de libros leídos, olvidada cercano o posterior al número 100. 15. Unas felicitaciones adelantadas por ganar la guerra de Farenheit 451, del escritor Ray Bradbury.
Caminando por las calles de Chile, se nota a leguas que Johan Mijail (Santo Domingo, 1990) es un desubicado y ese desubique se nota en ese acento machucado y descuidado del dominicano y en esa negritud en su piel y su pelo. Pero también es un desubicado en Santo Domingo, donde algunas expresiones chilenas coladas en su hablar y la irreverencia con que exhibe sus teorías feministas y sobre el amor vegetal escandalizan a la sociedad pacata que habita en esta jaula rodeada de agua que es la ínsula.
En Pordioseros del Caribe (Santiago de Chile: Editorial Desbordes, 2014),un libro que, aunque fue escrito y publicado en Santiago de Chile, está ambientado en Santo Domingo y escrito en jerga dominicana,se construye una mirada irónica sobre la insularidad, esa «maldita circunstancia del agua por todas partes», como la describió el poeta cubano Virgilio Piñera, que convierte al pequeño animal de patas irregulares que es la isla de Santo Domingo en un aislamiento que sobrepasa lo geográfico y se traduce en una actitud de querer desesperadamente mirar más allá del agua, de salir de esta jaula de palma y mamajuana, de respirar fuera de esta fortaleza de jodedores y chapiadoras. Aunque afuera de la isla lo único en lo que se piense sea en volver a pisar sus calles sembradas de romo y sudor.
En un brevísimo texto que precede a los poemas y que funciona como una suerte de epígrafe, el poeta declara lo que significa llevar al Caribe en su espalda:
«El agua de este archipiélago de papel pesa / y a veces muchísimo».
En «Me declaro ser isla», texto que abre el libro, se afirma esta maldición de la insularidad:
«La isla se sigue hundiendo en medio de las olas que vienen por todos lados; — usted se salva si trae oro escondido en la cartera, usted se salva solo si habla inglés y paga con dólares en este Nueva York chiquito, usted se salva si tiene las rodillas blanquitas, usted se salva si quiere salvarse y por eso lee la biblia, usted está salvo en este espejo de país de la mierda, en este Caribe que se ahoga en las palmeras y los motoconchos, ¿y qué?».
Más adelante, en «Pordioseros del Caribe», Castillo define de una forma visceralmente cruda, el significado de esa insularidad:
«La insularidad es una condición geográfica; el insularismo es una ideología y una yola es un medio de transporte donde terminamos, casi siempre, muriendo».
Pordioseros del Caribe es un libro sui géneris, multigenérico, que salta de la poesía al testimonio, de la crónica urbana a la narrativa, más, sin embargo, se ha logrado la consecución de una poética cotidiana que marca cada uno de estos textos. De alguna forma, el hecho de que sea un libro «inclasificable» y que genere una tensión entre géneros hace que Pordioseros del Caribe sea, más que un poemario o una colección de cuentos, una compilación de apuntes, recuerdos, bocetos y miradas sobre el vaivén de ciudades, personajes y sucesos históricos.
La ciudad, más que morada o escenario, es un personaje principal en estas páginas y desde aquí Johan abre una rendija por la que vemos la metamorfosis que va experimentado Ciudad Trujillo hasta convertirse en Nueva York Chiquito. Y, como una película que muestra nuestra historia desmemoriada, van pasando frente a nosotros: la bolita del mundo, el estadio Quisqueya, la Plaza de la Bandera, los Obeliscos, el parque Ramfís, los túneles y elevados, el metro… En fin, vemos cómo la ciudad de Santo Domingo se fue convirtiendo en una metrópolis del siglo xxi y de cómo sus calles se fueron llenando de yipetas, de deliverys, de vendedores en los semáforos que te venden desde un chicle hasta un cachorrito de perro o una iguana.
Nos acercamos así a una isla que es muchas islas, construida sobre una red de nombres, sangre, sudor, escupitajos. Haciendo uso de elementos como el humor, la cultura popular y una revalorización del lenguaje coloquial, Johan Mijaíl construye una poética cotidiana, marcada por lo autorreferencial y dialogando con la cultura popular dominicana, con la negritud y con las influencias literarias que ha recibido el autor. Y así, aparecen referencias claras a Rita Indiana y su visión onírica del macho caribeño; a Frank Báez y su «Marilyn Monroe de Santo Domingo»; una visión política y feminista del hecho poético; los merengues de Kinito Méndez, Los Hermanos Rosario, Johnny Ventura; los peloteros, las megadivas, cierto aire del neobarroco y Junot Díaz, presente desde el epígrafe. Pordioseros del Caribe, es sin duda un documento que busca adentrarse en el significado de lo insular y de la errancia con la que cargamos por ese deseo casi enfermizo de subirnos en la yola y escapar del encierro, aunque luego queramos escarbar en la memoria y el viento hasta saber «el peso de la isla»,aquella que abandonamos un día.
Luis Reynaldo Pérez
Luis Reynaldo Pérez es un poeta, editor y gestor cultural dominicano, nacido, el 10 de diciembre de 1980. Entre sus libros se encuentran: Inventario de sangre (Madrid: Amargord Editores, 2020), Ciudad que alucino (Madrid: Amargord Ediciones, 2016. También ha sido reconocido en múltiples ocaciones, algunas de ellas siendo: Primer Premio del XVIII Concurso Nacional de Literatura Alianza Cibaeña, categoría poesía con Sombras del sueño (2019); Segundo Premio del XVIII Concurso Nacional de Literatura Alianza Cibaeña, categoría cuento con Tiburón (2019)
Johan Mijail
Johan Mijail (Santo Domingo, República Dominicana, 1990) Escritor y performer. Estudió Periodismo. En 2011 publica el libro de poesía ilustrada “Metaficción” y participa en la película Sister del Colectivo Lewis Forever en la ciudad de Berlín, Alemania. En 2014 publica “Pordioseros del Caribe” y en 2016 junto Jorge Díaz del Colectivo Universitario de Disidencia Sexual (CUDS) “Inflamadas de retórica. Escrituras promiscuas para una tecno-decolonialidad”, ambos por Editorial Desbordes. Ha participado en festivales de performance en Estados Unidos, Chile, Costa Rica, República Dominicana y Alemania, con un trabajo escritural y visual que invita a un imaginario transfeminista y decolonial.
“Cuando yo sueño con bodas sé que alguien se va a morir”, dijo Ana alguna vez. Agregó que “Es como una preparación para un próximo duelo”.
La puertorriqueña de padres dominicanos convirtió en palabras el duelo por la muerte de su padre. La corona de flores como símbolo de las “historias de familia” de las que habla Kianny en la introducción a uno de los poemas de este libro.
Ana Castillo Muñoz publicó Corona De Flores, luego de retrasar su salida a causa de la pandemia. Es periodista, divulgadora de educación sexual con enfoque de género y de desmonte de estereotipos racistas.
Como de costumbre, la escritora dominicana, Kianny Antigua, comparte una lectura visceral. Este libro, de acuerdo a la misma Ana, permite coser viejas heridas.
Ana Castillo
Es periodista, escritora. Pero también es la creadora de Con el verbo en la piel, un proyecto de sexualidad femenina, empoderamiento y liberación sexual, encuéntralo en:
Es narradora, contestataria y docente. Ha publicado los libros Bestezuelas y El tragaluz del sótano, entre otros. También ha ganado cada premio posible, dentro y fuera de la República Dominicana.
Acá les dejamos su página web para que sigan en contácto con su contenidohttps://www.kiannyantigua.com/
En esta ocasión, Kianny Antigua lee un fragmento de la novela infantil Sábado De Ranas, escrita por la gestora, poeta y narradora dominicana, Farah Hallal. La historia transcurre entre el sentido del humor, el candor y la diversión.
Farah es autora de los libros, Ana, Un Adiós Para Mamá, publicado por la editorial SM, Las Gallinas Son Eléctricas, Mi Mariposa Quiere Volar, entre otros.
Es oriunda de Salcedo, pero reside en España desde hace unos pocos años. En Santo Domingo coordinó proyectos de gestión cultural y animación a la lectura.
Tiene una estrecha relación con sus dos hijos. Y hace unos años, cuando visitabas su casa, cerca de la avenida República De Colombia, encontrabas los libros tirados por todos lados, como si te sacaran los brazos por la ventanilla de un autobús que va en excursión a la playa.Para leer también su poesía puedes acceder a sus redes sociales @Farahhallal. Y si buscas más información sobre ella, eventos, libros o contacto, accede aquí: https://www.farahhallal.com/newpage
Sobre Kianny Antigua
Es narradora, contestataria y docente. Ha publicado los libros Bestezuelas y El tragaluz del sótano, entre otros. También ha ganado cada premio posible, dentro y fuera de la República Dominicana.
Acá les dejamos su página web para que sigan en contácto con su contenido
El escritor español, radicado en los Estados Unidos, Benito Del Pliego compartió con nosotros en el podcast de Minúsculas. También tuvo la cortesía de facilitarnos algunos de sus poemas.
Benito es autor de los libros Fisiones, Alcance De La Mano, Fábula, Pozos De Lectura, entre otros. También ha publicado ensayos y trabajos gráficos junto a otros. Asimismo, desarrolla una carrera como traductor de español e inglés.
A continuación te compartimos una selección realizada por el mismo Benito para Minúsculas.
30.08.07
1.
rocas con agua
Se esfuerza porque nada de lo escrito quede, porque pasen letras como el agua pasa sobre la piedra y pasan y pasan y pasa y moldea. No con cincel, no con lija, no con buril ni cepillo; agua con agua en la que la rama se lava y luego se arrastra hasta el agua y luego se pudre y luego luego.
2.
concreto rompiendose
Sonidos y golpes, chasqueos, batacazos.
Revienta o hace reventar, reinventa, se estrella contra la concreta sequedad. A simple vista es piedra, pero amotínase contra quien momifica, lame la cara falaz, su lengua armada ama hasta el derrame.
Perforadora que deforesta, performática sin más, sinestésica, incapaz de paz.
3.
rio corriendo entre rocas
Abunda líquida, se restriega y aún así, no va a llegar y nunca llega. Allí va, una trasformación tras otra, como la edad.
Portead, teclead; carácter tras carácter y otra palabra va, afuera. Gotea, mea, chorrito de orina su verbo crea su arrollo, arrollo de letras sobre laderas, arrollo del yo que en nada da, arrullo del agua sobre las piedras.
Mujer desintegrandose
Tuesday july 21st, 2009
La identidad
está en los dientes
Eduardo Milán
Idéntica pregunta: ¿será idéntica a sí la identidad?
La noche aquella de la repulsión y del desquicio, la noche de la arrasada toma de contacto con la dentada edad (la identidad): grieta o Y griega. La cansada extrañeza de lo que ya. Y ya no es la noche aquella sino el estar que se pregunta, otra vez el mismo, otra vez y otra vez él mismo.
Pero basta, basta de esperar que ese otro nos redima.
La misma pregunta, la misma ansiedad (la edad), la misma forma de saltar sobre las zarzas a ver si la sangre engrasa o devuelve el deber. Y uno le roba allí al otro el pan, y allí a uno le cercan, y allí una va y te dice “ven” y allí va, y allí la luz de la ansiedad (la edad). Escribe y quiere escribir, y que alguien conteste, y volver a escribir y escribir el mismo, el mismo despertar, la misma tendencia a detonar.
hombre con traje radioactivo
Helicópteros rocían agua en el reactor 3 y camiones cisterna se preparan para inyectar agua en el 3 y el 4
El Gobierno japonés ha decidido refrigerar por las bravas los reactores de Fukushima. Están perdiendo mucho agua. Las barras de combustible van a quedar al descubierto. Helicópteros rocían con agua de mar. El más peligroso contiene plutonio. Se trata de una auténtica lucha para evitar la fusión de los núcleos. Es demasiado dramático. No hay manera de contener el dramatismo apenas si es posible considerar la situación porque cómo se vive después? Una muerte que recuerdan demasiadas cabezas (al menos dos por persona), demasiados tumores. Llamativos los nombres cada cual a su modo atractivo Fukushima y Chernobyl eso sí no sé dónde el golpe de voz. La radioactividad, Mazinger Z, luego escuché lo del lobby, Mazinger Z y la propulsión. No tenemos ni idea de la profundidad del charco o sí y solo gente que, como yo, no se entera y el mundo es más sencillo (de destruir). Energía eléctrica. Culpa a tu batidora y a mi bombilla. Finalmente pequeños robots están asestando un golpe atómico (no hace falta dirty bomb) en Fukushima Nagasaki, Chernóbyl o Chernobil: su vileza su villanía. Aunque las radiaciones no han desaparecido, la autoridad considera que hay que intervenir. Los helicópteros solo podrán acercarse 40 minutos para evitar la contaminación. Una pantalla protege al soldado (televisión). La autoridad asegura que la primera fase ha funcionado y el agua llegó a la vasija. Pero también las que aparecen rotas en enterramientos dicen que alguien vivió allí, no que sigue allí alguien vivo. ¿Será semejante lo emocional? ¿Se podrá dejar también al descubierto el material radioactivo? ¿Vaciamiento de la piscina hasta que sea irreversible la fusión? ¿Será semejante al modo en que se toma la decisión? ¿Nos exponemos así a la radiacción letal? Fukushima, cherè no-vil, villa qué-herida.
volcán en erupción
Atenas arde y no es la llama olímpica.
Es la furia que avienta la debacle, Victoria de Samotracia rociada en gasolina.
El papel del fuego en nuestra evolución, incorporación visceral del fuego que reduce, dicen, la necesidad de largos intestinos, y hace posible la digestión, la concentración para leer un libro, trazar caballos, manos y bisontes.
De nuevo la estufa ardiendo, la madera que mantiene el calor, la hoguera que aleja con su bondad al bonzo que se nos quema. Apenas Atenas.
Atenas arde y no es la llama olímpica. ¿Con qué manos, Victoria, apagarás tu fuego?
Nuestra querida Kianny nos lee un poema de la escritora dominicana, Rosalinna Benjamín. La poema es oriunda de Hato Mayor, autora de poemarios como Manual Para asesinar Narcisos, con el que ganó el Premio Joven de Poesía de la Feria Internacional del Libro de Santo Domingo. El poema que nos lee Kianny fue editado por la editorial Anticanon.
Sobre Kianny Antigua
Es narradora, contestataria y docente. Ha publicado los libros Bestezuelas y El tragaluz del sótano, entre otros. También ha ganado cada premio posible, dentro y fuera de la República Dominicana.
Acá les dejamos su blog para que sigan en contácto con su contenido
En esta ocasión, Kianny Antigua nos cuenta un fragmento de la novela Dominicana, escrita por Angie Cruz. La autora de Bestezuelas nos dice que tradujo esta obra del inglés al español, y que se trata de una historia que le encanta.
Dominicana cuenta parte de las vivencias de una mujer de origen dominicano que vive en New York. Todo el trasfondo de la inmigración, choques culturales y los rasgos distintivos de quienes buscan el “Sueño Americano”.
Angie nació en New York. Durante su etapa de formación hizo viajes a la República Dominicana y a Estados Unidos de forma constante.
Luego, trabajó durante el día en una tienda, mientras estudiaba en la noche. Durante los últimos años ha dedicado su vida a escribir, editar, viajar y buscar nuevas aproximaciones creativas.
Ella misma cuenta que para escribir la novela revisó múltiples álbumes de fotografías. Por eso incluyó un archivo fotográfico que complementa la historia, al que se puede acceder vía @dominicanasnyc.
The New York Times, The Washington Post y otros periódicos destacaron Dominicana como un gran regreso de Angie Cruz. También señalaron que era uno de los mejores libros de 2019.Accede a más información sobre Angie Cruz y su obra aquí https://www.angiecruz.com/about
La escritora dominicana, radicada en los Estados Unidos, Kianny Antigua nos comparte un texto de la escritora cubana, Dainerys Machado Vento. El cuento titulado La Hipócrita se encuentra en el libro Las 90 Habanas, que se publicó recientemente.
Para conocer más sobre Dainerys pueden acceder a su página web
Portada del libro Las noventa habanas. Imágen de Dainerys Machado
Sobre Kianny Antigua
Es narradora, contestataria y docente. Ha publicado los libros Bestezuelas y El tragaluz del sótano, entre otros. También ha ganado cada premio posible, dentro y fuera de la República Dominicana.
Acá les dejamos su blog para que sigan en contácto con su contenido
Una de las primeras intervenciones arqueológicas semi-sistemáticas realizadas en el país fue la que realizó el Ornitólogo Frederick Ober en lo que hoy se conoce como La Vega Vieja, al pie del Santo Cerro, provincia La Vega (Ober 1893). Ober fue designado Comisionado de la Exposición Colombina de 1891, y una de sus tareas era coleccionar artefactos de todo el Caribe para ser exhibidos en la Exposición de Chicago (Ober 1893). De La Vega Vieja no solo recolectó material previamente excavado, sino que también pasó un día excavando y fotografiando el sitio (Ober 1893: 330). Esta es una de las fotos más viejas tomadas en el país, con gran valor histórico e arqueológico. Es una muestra de que los documentos juegan un papel importante en el trabajo arqueológico. Un buen arqueólogo sabe excavar tanto documentos como suelos.
Este 2023 vinimos con todo. Y como muestra, te traemos cinco recomendaciones que rompieron la liga en su momento. Encontrarás desde jazz y rock hasta blues y flamenco. Disfruta y ponte los auriculares. Jazz: "Kind of Blue" de Miles Davis Este álbum de Miles Davis es...
1.- Homero Pumarol (Santo Domingo, 1971) funda en Cuartel Babilonia (Santo Domingo: Edición de autor, 2000) su propia ciudad. El epicentro está ubicado en la Zona Colonial o en Gazcue. El poeta mira a esa masa de transeúntes que como reses deambulan por las calles, el...
¿Cómo puede llegar a amarse una ciudad? Amar sus rincones, sus parques, sus esquinas. Amar el salitre que la inunda cada día; amar quizás la sensación de ser dueño de un trozo de ella. Pero, con la misma pasión, odiarla hasta querer despedazarla o borrarla del mapa de...